En este artículo te voy a explicar los beneficios de beber agua de mar para el ser humano que la ciencia ha descubierto y cómo beberla correctamente. Debido a la gran controversia que existe en el uso del agua de mar, he basado este artículo en los estudios realizados por el Dr. Wilmer Soler (Catedrático de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Antioquia), el Dr. Ángel Gracia, Ph.D (Científico español, presidente de la Fundación Seawater) y el Dr. Héctor Bustos (Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Baja California), entre otros.

Beneficios del agua de mar

Los beneficios del agua de mar se siguen manteniendo en los últimos años. El baño de agua de mar está teniendo un renacimiento y la palabra talasoterapia (el uso de agua de mar en la restauración de la salud y el mantenimiento), se está utilizando cada vez más por las personas que se suscriben a las terapias complementarias.

El uso de agua de mar como una forma de terapia, también conocida como la talasoterapia, ha existido durante siglos y fue utilizado por los antiguos egipcios. En las actuales spas el agua de mar se utiliza y se afirma que reduce la tensión y el estrés, desintoxica la piel y mejora la circulación, produce pérdida de peso y control de velocidad de la celulitis e incluso alivia las molestias de la menopausia.

El agua del mar tiene un efecto beneficioso en los siguientes trastornos; Dermatitis, infecciones por hongos, como el pie de atleta, psoriasis, eczema y el vitíligo.

Además, el contenido de magnesio del agua de mar es lo suficientemente fuerte como para tener un efecto nutritivo y calmante sobre los nervios.

El agua de mar, como la que se encuentra en los océanos, contiene aproximadamente 35 gramos de sal por litro de agua. Este agua salada ofrece varios beneficios para la salud, aunque debe tenerse en cuenta que el consumo excesivo de agua de mar, agua salada para el caso, potencialmente puede conducir a alguna enfermedades como la hipernatremia.

Razones para beber agua de mar

A nivel digestivo, el agua salada comienza a activar las glándulas salivales de la boca, liberando amilasa. Este paso inicial en el proceso digestivo es muy importante. En el estómago, la sal natural estimula el ácido clorhídrico y una enzima de digestión de proteínas, que ayudan a descomponer los alimentos. También estimula las secreciones en el tracto intestinal y el hígado, que ayudan a la digestión.

En cuanto al sistema nervioso, los minerales de la sal calman los nervios al reducir el cortisol y la adrenalina, dos hormonas de estrés peligrosas.

Respecto a los huesos, una teoría popular en relación con la osteoporosis y otros trastornos óseos es que el cuerpo usa el calcio y otros minerales de los huesos con el fin de sobrevivir y neutralizar la acidez en la sangre. Debido a que el agua de mar está llena de minerales naturalmente sanos y tiene un efecto alcalinizante, ayuda a mejorar la salud de los huesos.

Agua de mar como dentífrico

El agua de mar es un auxiliar tan efectivo como las mejores pastas dentales y los mejores colutorios. Para ello recomiendo el uso de sal marina junto con bicarbonato de sodio. En un tarro o bote mezclar sal marina natural, no la del supermercado debido a que es cloruro sódico químico con antiaglomerante e536 (ferrocianuro de potasio) y no es nada buena para la salud, y el bicarbonato de sodio.

Revolver con una cucharita para que se mezcle bien y utilizar una cucharada de la mezcla (o menos cantidad si veis que al mezclar con el agua, se satura en el fondo) en un vaso de agua como colutorio y para lavar los dientes. Todos los dentistas a quienes he consultado, me han confirmado que es lo mejor para la salud bucodental.

También para la piel, la sal natural tiene minerales que colaboran a que la piel luzca y brille, el azufre mantiene la piel limpia y suave y puede ayudar a mantener un cuero cabelludo seco, actúa contra el eczema y erupciones, que son a menudo el resultado de una deficiencia de azufre y zinc, promueve la rápida cicatrización de las heridas, estimula el sistema inmunitario y regula la actividad de las glándulas sebáceas.

Otro aspecto positivo de beber agua de mar es el relativo al sistema respiratorio. La sal del mar es eficaz en la reducción de la inflamación en el sistema respiratorio. Así, la producción de flema se ralentiza. Algunos dicen que rociar la sal del mar en la lengua después de beber un vaso de agua es tan eficaz como el uso de un inhalador. Pero lo bueno de la sal del mar es que no tiene efectos secundarios cuando se toma con moderación.

Beneficios para el organismo

  • Ayuda a nuestro organismo a procesar mejor los alimentos, evitando digestiones pesadas.
  • Ayuda en la absorción de nutrientes a través del tracto intestinal.
  • Elimina el exceso de acidez de las células del cuerpo.
  • Regula la presión arterial (mezclada con agua dulce).
  • Ayuda a la regeneración celular.
  • Ayuda contra la retención de líquidos.
  • Limpia los pulmones de mucosidad.
  • Ayuda a eliminar resfriados y congestión.
  • Aporta dureza a los huesos (la deficiencia de sal, o consumir sal refinada, es una de las principales causas de la osteoporosis).
  • Regula el sueño.

Cómo tomar el agua de mar

El agua de mar tiene una concentración de 36 g de sal (NaCl) por litro, frente a los 9 g por litro que tiene nuestro organismo. Si tomáramos agua marina directamente, la concentración de sal en nuestro cuerpo aumentaría tanto que los tejidos deberían liberar agua para que la concentración de sales volviera a ser 9 gramos por litro. Esto provocaría deshidratación.

Es por ello que lo más conveniente es tomar agua de mar isotonizada, es decir rebajada con agua dulce. La cantidad ideal es de dos vasos por día, y en una proporción de 3 partes de agua dulce por 1 de agua de mar (Proporción 3:1). Para que os sea más fácil medirlo, en un vaso echamos la cantidad equivalente a un dedo meñique de agua de mar y luego echamos el equivalente a tres dedos meñiques de agua normal (si es filtrada mejor), removemos un poco y la bebemos.

Antes de comenzar a tomar agua de mar, recomiendo comprobar que no sufrimos intolerancia a la misma. Lo mejor sería empezar con pequeñas cantidades para comprobar que nuestro cuerpo es tolerante.