¿Existen realmente las personas tóxicas?

Las personas tóxicas no existen, solamente son una creación de nuestro ego para seguir culpando a los demás de lo que nos pasa, para que no asumamos que nosotros somos los únicos responsables de nuestra vida. El problema está en reconocer y aceptar que una parte de nosotros mismos es tóxica.

Cada persona es como es, por lo que ha vivido y/o por sus creencias. Hay una historia detrás de cada uno de nosotros, unos pensamientos detrás de nuestras expresiones, unos pensamientos detrás de nuestro sentir y un alma debajo de nuestra piel. Cuando decimos que alguien es tóxico, lo estamos juzgando sin darnos cuenta de que es un reflejo nuestro. Es lo que se llama la Ley del Espejo, quiere decir que yo en mi interior también soy tóxico para mí mismo. La vida nos pone delante una y otra vez a ese tipo de personas para que pongamos la atención en nuestro interior y nos demos cuenta de lo que debemos sanar en nosotros mismos. Por mucho que intentemos evadir a esa persona, por mucho que escapemos, se nos volverán a presentar el mismo tipo de personas hasta que sanemos nuestro propio interior.

Lo que hay fuera es un reflejo de lo que hay en nuestro interior, de cómo nos sentimos. Si yo considero que esa persona es tóxica y me perjudica, es porque hay algo dentro de mí que es tóxico para mí mismo. Esa persona me está enseñando una lección muy importante para mi crecimiento y yo lo que hago, es ponerle la etiqueta de tóxico porque no quiero ver lo que realmente hay detrás, no quiero asumir que yo también soy tóxico de una u  otra forma. Hasta que no lo hago, la vida me sigue mandando este tipo de personas o situaciones para que me de cuenta de lo que tengo que solucionar.

Según estemos interiormente, así vibraremos energéticamente, por lo tanto, si yo atraigo a un tipo de gente concreta, es que vibran igual que yo. La cuestión no es intentar cambiarla ni escapar de ella, sino preguntarnos ¿qué me pasa?, ¿qué me molesta tanto de esta persona?, ¿qué miedo se oculta detrás de esto?. Detrás de cada persona que nos molesta o que consideramos que nos hace daño hay algo que sanar.

Detrás de esos sentimientos hay un miedo oculto a algo y ahí está nuestra responsabilidad con nosotros mismos, descubrir a que tengo realmente miedo para poder liberarme y avanzar. Muchas veces este tipo de gente viene a enseñarnos a poner límites, a decir no, a que me valore y me respete, las enseñanzas pueden ser múltiples ya que en cada uno de nosotros hay distintos problemas que sanar y el único que puede descubrirlos somos nosotros mismos.

No se trata de ser masoquista y seguir tratando con alguien con el que no encajas, de lo que se trata es de descubrir que tienes que sanar y aceptarlo. Cuando esto pasa, este tipo de personas dejan de aparecer en tu vida, tu vibración sube y empiezas a atraer gente que vibra igual que tú. Lo que quiere la vida para nosotros es que recuperemos nuestro poder personal, que atendamos nuestras necesidades, que despertemos y nos demos cuenta de lo que nos pasa. Las situaciones complicadas que se nos presentan y las personas que nos molestan tienen algo que enseñarnos, tienen un mensaje por descubrir.

Cuando entendemos que somos nosotros mismos los que creamos en nuestro exterior a ese tipo de personas, es cuando podemos sanarnos y dejar de atraer a ese tipo de personas. Debemos hacerlo desde la comprensión, abrazar nuestros bloqueos desde el amor para así crear una realidad desde el más profundo amor. Como es adentro es afuera.